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Alejandro Dumas, autor de “Los Tres Mosqueteros” y de “El Conde de Montecristo”, era además un excelente gourmet. Eran famosas sus cenas con amigos, en las que él preparaba todas las viandas a degustar. De hecho, le gustaba presumir de sus cualidades como cocinero. Y es que a Dumas no se le podía calificar de modesto, ni como escritor, ni como chef.
En el año 1846, Dumas fue invitado a viajar a España para asistir como cronista a la boda del Duque de Montpensier, D. Antonio de Orleans, hijo menor del Rey Luis Felipe I de Francia, con la Infanta María Luisa Fernanda de Borbón, hermana menor de Isabel II de España.
Durante este periplo, recorrió buena parte de la geografía española relatando de forma epistolar los acontecimientos que iban surgiendo a su paso y que después fueron publicados con el nombre de “Cartas Selectas” en el diario “La Presse”. En estas cartas, se relatan las recetas que Dumas fue encontrándose durante este viaje y que tanto llamaron su atención, para después recopilarlas en su libro “Cocina Española”.
En este libro, hay una mención especial a los Maragatos, de los que dice textualmente que “se puede uno fiar de ellos”, y que son los que transportan el pescado desde Asturias a las demás ciudades, especialmente como él dice, a la de Rioseco. Habla de su dieta, basada en arroz y en el bacalao que preparan sin desalar sobre las brasas, donde se desala, para terminar cociéndolo en agua y aceite al mismo tiempo que el arroz. Comenta también que, si el arriero ha hecho un buen negocio en el viaje, se puede permitir cambiar su modesta comida por una extra, aunque siempre con el arroz como base: pollo con arroz, perdiz con arroz o conejo con arroz, serían las variantes.
Aunque su recetario es muy general, se puede incidir en algunos de los productos mencionados como las sopas de ajo o el chorizo, del cual dice que es uno de los principales productos del cerdo y que se trata de una especie de salchichón hecho de carne de cerdo, “ternera picada muy condimentada y ahumada”, y conservado como el jamón. Vemos que las imprecisiones son notables, lo que ha hecho pensar a los expertos que podía haber sido recopilado por uno de sus colaboradores a sueldo.
Sea como fuere, “Cocina Española” no solo es un recetario curioso, que pone en valor no sólo nuestra gastronomía, sino también nuestros usos y costumbres.
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